Capítulo 238

Y el otoño llegó de la mano de una tormenta, por la que tuvimos que posponer el bautizmo de Vale, ya que lo habiamos organizado en la casa de los abuelos de Peter, teniendo en cuenta que la mayoría de los momentos mas importantes de nuestra vida juntos, pasaron allí.

Pero ante tan feo clima, cambiamos todo y decidimos hacerlo en nuestra casa. El quincho adornado con globos blancos y rosados, un enorme cartel con su nombre y dos escarpines blancos dibujados en él. Ademas de toda la mesa decorada, souvenires y la torta, evidenciaban clima de festejo.

Y ahí estaba nuestra hija... con su hermoso vestido blanco, obsequio de la tia Rochi, su capelina blanca y rosada, regalo de la tia Euge. En brazos de su madrina, Cande y observando fijamente a aquella persona que le hacia una señal en su frente, Agustín, su padrino. Y todo fué risas cuando en lugar de llorar, como todos los bebés, cuando el agua mojaba su frente, ella largó una gran carcajada y su risita de bebé de evidenció al ver la compradora de su papá, que estaba a mi lado igual o mas emocionado que yo. Lo miré y me miró cuando ya se daba por finalizada la ceremonia, chocó sus labios con los mios y comprendí que nada en este mundo lo habia hecho mas feliz que el hecho de traer a su hija al mundo, su risita, sus pocos pelos rubios, sus mejillas de color rosado que resaltaban en su tez blanca, su nariz de porotito y sus ojos profundamente negros, como los mios, debo decir. Ella en su totalidas, nos hacía felices.

Y una vez finalizada la ceremonia por el saserdote, ya la teniamos a Lu con su cámara en mano y queriendo retratar cada momento. Y así Vale posó con sus padrinos, sus abuelos, sus tios y primos del corazón, sus tios y prima de sangre, sus bisabuelos y porsupuesto con nosotros, sus padres. Para finalmente llegar todos a casa y celebrar juntos, como mas nos gustaba, sin importar nisiquiera el lugar, porque lo que verdadermente nos hacia felices a todos, es estar juntos, y a nosotros tres, nada nos gustaba mas que tener a toda la gente que nos quiere y es parte de nuestra vida, en nuestra casa, disfrutando de un lindo almuerzo con familia y amigos.


Una semana del bautizmo y el clima seguia muy feo, esa mañana habiamos tenido una pequeña discusión con Peter, que ya sabia como solucionar, porque la pelea la ocacioné yo, él como siempre tenia razón. Es por eso que llamé a Cande y le pedí encarecidamente que cumpliera con sus roles de madrina, llevandosé a mi hija aunque sea unas horitas. No tube que rogar mucho, porque en media hora llegó junto con Fran, para llevarse a su ahijada hacia su casa y así dejarnos un ratito de intimidad a los papás.

Once y media de la mañana, aunque por el horrible clima parecia de noche. Me encontraba cocinando, unos riquisimos ravioles con salsa iban a caer en nuestros estómagos en ese mediodía cuando él llegara a casa luego de trabajar. Fuí hasta nuestro cuarto y busqué algo lindo que ponerme, no es que quiera vestirme de gala para la ocación, pero con pijama y pantuflas era poco serio un almuerzo romántico. Un vestidito en color natural, regalado por él, era lo justo y necesario... por mas que afuera el clima estuviese horrible, en casa el calor de hogar se hacia notar por la calefaccion constante.

Y así me dispuse, a poner la mesa y colocar los ravioles es una bandeja. Encendí la musica muy despacio y cuando me dirigía hacia la cocina nuevamente para esperar, sentí el ruido de las llaves en la puerta, por lo que me quedé esperando que el ingrese.

Peter: (al entrar se quedó mirandome, y claro, no entendia que hacia así vestida y esperandolo con los manos atrás cual nena de 5 años que hiso una travesura) Hola!

Lali: Hola mi amor! (le sonreí y me acerqué a el para besarlo, un poquito, claro) Como te fué?

Peter: Bien, cansador nomas, porque cierra el mes y es mas trabajo, pero bien... (y ahora me sonrió el a mi, porque de verdad mi cara de insertidumbre daba risa) Te pasa algo a vos? Tenes la misma cara que Paz cuando se manda una de las suyas. (y ahí reímos los dos)

Lali: No, nada raro... Te preparé una sorpresa nomas!

Peter: Ah si? (y me abrazaba por la cintura para tenerme mas y mas cerca) Que tipo de sorpresa?

Lali: Mmm, en realidad son varias. (mis manos en su nuca despeinaban su poco pelo) Primero, cociné. Hice ravioles con la salsa que a vos te gusta, para que comamos los dos solitos...

Peter: Solitos? Hiciste dormir antes a la gorda? (negué con mi cabeza mirandolo a los ojos)

Lali: No está la gorda... (y sus ojos se agrandaron a sobremanera) le pedí a su madrina que la venga a buscar, y Cande con mucho gusto aceptó llevarla para dejarnos un rato solitos... (mas sonrisas)

Peter: Debo aceptar que no me gusta nada que no esté en casa, pero la idea de estas solo con vos si, me gusta, y mucho! (un beso mas, hacía falta)

Lali: (solo reí por su cara, era evidente que necesitabamos estar un tiempo solos) Perdon por lo de hoy a la mañana... (porque si, habias discutido por la misma situación el que no paraba con los besos en mi cuello, y yo que trataba de esquivarlo porque su hija estaba a unos metros nuestros durmiendo) Sabes que me encanta estar con vos mi amor... pero cuando esta Valen nose, me intimida por mas que sea chiquita y este en otro cuarto, no me gusta... (y ya le hacia puchero)

Peter: No amor, perdoname vos a mi por enojarme, lo que pasa es que me puse así porque bueno, Valen ya tiene tres meses, y yo tengo q verte todas las noches con ese camisonsito que usas y me cuesta viste... (inevitable no reír y ser interrumpida automáticamente por sus besos) Igual, con ésta sorpresita ya está todo arreglado! (y volvimos a sonreir para internarnos nuevamente uno en boca de otro, porque si, nos extrañábamos.)

Lali: Comemos? (dije como pude, porque no me podia separar de sus labios) Amor... (porque no recibía respuesta solo besos) Vamos a comer? (ahí si lo miré)

Peter: A comer? (mas besos) No, comamos después... (claro, él tenia otra clase de hambre)

Lali: Dale (besos) amor... (mas besos) vamos a...

Y para que iba a seguir hablando? Si él ya me abrazaba muy fuerte de la cintura, haciendo que me enrriede en él, que ya caminaba hacia nuestro cuarto. Y claro que terminamos bajo las sábanas, como hacia tiempo no lo hacíamos. Y pudimos disfrutar de éste eterno amor, que sabemos que se hace mas fuerte con el paso de los años.